Es increíble pensar en la cantidad de veces que habré pasado frente a este mural en los dos años de mi vida universitaria, sin detenerme a prestarle la atención merecida.
Este mural, realizado por el artista peruano Juan Pastorelli, no sólo expone su increíble talento artístico en cuanto a la perfección de las formas de gran formato, sino que está cargado de poderosa significación.
La obra muestra la evolución de la humanidad, cómo la ciencia y la tecnología han progresado en el tiempo. Vemos desde la genialidad de “El Hombre de Vitruvio” de Da Vinci, hasta satélites y máquinas petroleras que caracterizan nuestra época.
No es gratuito el hecho de el mural descrito haya sido trabajado en nuestra universidad, pues desde mi punto de vista, tiene la función de inspirar a los espectadores que mayormente son alumnos.
La vida universitaria es un proceso, el comienzo de una era en donde el individuo crecerá, aprenderá y luego aplicará el conocimiento para aportar al progreso del mundo. Así, el mural no sólo expone la evolución del progreso, sino que le enseña al individuo de lo que ha sido capaz el humano y lo reta a que supere los logros presentados.