Esta escena de la película "Perfume de Mujer" (1992), dirigida por Martin Breast, muestra una pareja bailando al compás del famoso tango "Por una Cabeza" de Carlos Gardel y Alfredo Le Pera.
La escena comienza cuando el coronel Frank junto con su lazarillo Charlie, se acercan galantemente a acompañar a Donna, una mujer bella sentada sola en una mesa.
El coronel Frank dirige la conversación, hace mención de su agradable olor adivinando el jabón que ha utilizado y ella le confiesa que fue un regalo de su abuela por navidad. Asimismo, hablan de la belleza del tango y de como ella nunca llegó a aprenderlo debido a que Mike, el hombre a quien espera en ese momento, cree que es cómico. Frank se burla de ese hombre desconocido e invita a Donna a que lo acompañe a la pista de baile. Ella se muestra tímida e insegura, pero él la convence al instante con su mágico discurso acerca de cómo el tango no es como la vida, porque en este sí se permiten equivocaciones. Esta acepta temerosa por miedo a equivocarse y sobre todo en frente de tantas personas que han asistido a ese lujoso evento.
Una vez en la pista, la magia invade la escena con la pareja deslizándose al compás de la música en medio del salón. Frank, a pesar de ser ciego, dirige el baile con seguridad, gracia y gran habilidad; y Donna no tiene problema alguno para seguirlo. Ambos sin conocerse congenian excelentemente y convierten la escena en lo que hoy conocemos como una de las secuencias más poderosas en la historia del cine.
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